Nada Facil
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No voy a perder tiempo, letras, ni espacio en blanco para hablar sobre el curriculum de Megan Romano. Solo basta buscarla en Goggle para ver videos, leer su wikipedia y demás. Lo que si diré y que probablemente no encuentres en internet es que apenas entré al salón la encontré. Fue fácil. Resalta a la vista como Gulliver en Liliput. Era la única persona con cara de campeona mundial de natación.

Tuve la gran fortuna de pasar tres días con ella ayudándole a traducir las clínicas que imparte con 4uelite.com. La clínica trataba los temas de partidas (salida de bloques), salidas del agua (breakouts en inglés) y virajes -alias giros.

No entraré a hablar sobre toda la parte técnica de cada uno de estos puntos, sino que me voy en enfocar en la lección más grande que aprendí. Los aspectos técnicos los puedes aprender de cualquier página. La verdad todos dicen lo mismo. La clave para mi estuvo en ver de primera mano el aspecto mental de una campeona mundial.

Lecciones de Megan Romano

1. Odiar perder, más que querer ganar.

Si hay algo que distinga a un gran competidor, es odiar perder. Esto lo vi en Megan en varias ocaciones. Es tan competitiva que es hasta chistoso. La primera vez fue con los niños pequeños en la primera clínica. Al final los niños quería competir contra ella en una carrera de 25m, y así fue.

Todos se pusieron sobre los partidores, un entrenador dio la partida, “en sus marcas, listos… ya!!!!” Los niños salen como volador sin palo, y Megan se queda esperando sobre el partidor. Espera unos 5 segundos y salta. Tres patadas de delfín mas tarde y está más allá de la mitad de la piscina. Levanta la mirada y ve que un niño ya va llegando. En cuestión de 5 brazadas ella lo alcanza y lo pasa. Fue una llegada muy reñida, pero ganó Megan. Ellas los felicita y les choca la mano.

Lección: “Uno nunca deja ganar a nadie.”

La segunda vez fue el sábado con los nadadores más experimentados. Dentro del grupo estaba Cardenio Fernández (@cardeniof) que es selección Colombia, y otras promesas de la natación colombiana. El cuento va a que Megan estaba explicando un ejercicio de patada de delfín. El objetivo era llegar al otro lado, sin respirar, mientras se iba girando haciendo el mismo número de patadas hacia arriba, derecha, abajo e izquierda. Muchos lo lograron, por lo tanto, Megan los retó a que en un futuro tenían que hacer los 50m. A todos nos pareció una hazaña complicada, así que los niños pidieron una demostración.

En este punto vale recalcar que Megan lleva más de un años sin entrenar, y por ende no se encuentra en la mejor condición física, sin embargo ella no se negó. Me miró y me dijo que era posible que no lo logrará, y yo le respondí que no tenía opción, que no podía decepcionar a los muchachos. Así que tomó aire y se impulsó. Saliendo en una flecha perfecta parecía un torpedo en el agua. Los primeros 25m los hizo fácil, pero se le veía complicada en los últimos 15m. Al final no decepcionó y coronó los 50m en patada de delfín.

Lección 1a: “Asumir todo reto con gusto.”

2. Enfocarse en los pequeños detalles, implica cosechar grandes resultados.

Éste es tal vez la lección más importante y seguramente debería ir en el primer puesto. Uno de los grandes errores que cometemos, es que creemos que aparecerse al entrenamiento es el 90% del trabajo. Ir a entrenar por entrenar no te va a hacer campeón. Muchos van a charlar, a molestar a los compañeros, hacen series incompletas, no se esfuerzan por terminar los intervalos, etc etc.

Algo que enfatizo Megan durante todas las clínicas y que repitió unas 73 veces fue, “yo sé que estos detalles solo de ayudarán a restar .1 o .2 segundos, pero en una carrera de 100 o 200 metros, esto puede implicar 1 o 2 segundos.”

Ella más que nadie sabe que hay veces en el entrenamiento que uno no da más, pero es precisamente en esos momentos que hay que apretarse la gafas, ajustarse el gorro y enfocarse en hacer todo lo mejor posible.

Lección: Hacer todo bien siempre. Buenos hábitos crean buenos hábitos, malos hábitos crean malos hábitos.

3. Hay que volver a lo básico.

Cuando un asiste a una clínica con una campeona mundial, uno cree que te van a dar un super consejo que te ayudará a bajar tus tiempos en 10 o 15 segundos, pero nada pudo haber estado más lejos de la realidad.

Nada de lo que Megan enseñó era nuevo para los nadadores. Me refiero a que en cuanto a técnica, ya todo lo conocían los nadadores; claro que los ejercicios que aprendimos fueron muy buenos, en especial el de hacer el viraje subacuático (nada fácil de hacer por supuesto), pero todo era muy básico.

Lo que aprendimos fue que no tenemos unas bases fuertes. Yo descubrí que tengo fallas muy pendejas, errores que vengo reforzando por mala práctica de muchos años, pero que ya comencé a corregir.

Para que no los mate la curiosidad, uno de los grandes errores que cometo es mirar al frente mientras nado.

Lección: vuelvan a los ejercicios básicos que hacían cuando estaban aprendiendo a nadar.

4. Jueguen con distintas técnicas en el entrenamiento.

Estos es algo que yo también he dicho una que otra vez en este blog, prueben cosas nuevas. En la natación no existe la técnica perfecta; ésta puede variar de nadador a nadador, así que no te fijes en hacer las cosas de una sola manera. Cuando hagas un cambio a tu técnica dale unas semanas mientras de acostumbras y mira a ver sit e va mejor. Al comienzo se va a sentir raro, pero seguro al final te puede ayudar a mejorar.

Voy a dejar estos cuatro puntos para que pienses en ellos cada vez que vas a la piscina. Presentarse a los entrenamientos es solo la mitad de la batalla. Hay que hacer las cosas bien, jugar con técnicas nuevas, fijarse en los detalles y ser consistente en todos estos puntos.

 

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