La natación es un deporte popular y de bajo impacto que ofrece numerosos beneficios para la salud. Sin embargo, como cualquier actividad física repetitiva, puede conllevar ciertos riesgos de lesiones, especialmente para la columna vertebral y las estructuras musculoesqueléticas asociadas. En este artículo, analizaremos en profundidad las lesiones más comunes que afectan a los nadadores, centrándonos en la biomecánica del nado, los factores predisponentes y las estrategias de prevención y tratamiento.
Resultados clave
Una revisión exhaustiva de la literatura científica revela varios hallazgos importantes:
1. Prevalencia de lesiones: La mayoría de las lesiones en nadadores se producen por microtraumatismos repetitivos o sobreuso, con muchas de ellas originadas por una técnica defectuosa y una biomecánica de nado inadecuada.
2. Sitios comunes de lesión: Las regiones más afectadas son el hombro, el cuello y la espalda baja. Estas áreas están sujetas a movimientos repetitivos y a grandes fuerzas durante los diferentes estilos de natación.
3. Biomecánica del nado: Cada estilo de natación (crol, espalda, mariposa y braza) implica patrones de movimiento únicos que pueden predisponer a lesiones específicas si no se ejecutan correctamente.
4. Factores contribuyentes: Además de la técnica, otros factores como el volumen de entrenamiento, la flexibilidad, el equilibrio muscular y la estabilidad articular juegan un papel crucial en el desarrollo de lesiones.
Discusión
Biomecánica y demandas musculares
La comprensión de la biomecánica del nado es fundamental para identificar los factores de riesgo de lesiones. Cada estilo de natación se puede dividir en dos fases principales: la fase de propulsión y la fase de recuperación.
En el estilo libre (crol), por ejemplo, la fase de propulsión depende en gran medida de los músculos pectoral mayor y dorsal ancho, que actúan para mover el brazo a través de la aducción y la rotación interna. La fase de recuperación, por otro lado, requiere la participación de los rotadores externos y la rotación del cuerpo.
Es importante destacar que la natación implica movimientos repetitivos en un entorno de resistencia acuática, lo que puede llevar a la fatiga muscular y potencialmente a lesiones por sobreuso si no se maneja adecuadamente.
Lesiones del complejo hombro-cuello
El “hombro de nadador” es una de las lesiones más comunes y desafiantes en este deporte. Los resultados indican que la mayoría de los nadadores que sufren pinzamiento del hombro lo hacen debido a la inestabilidad glenohumeral. Esta inestabilidad puede llevar a una traducción anormal del húmero en la glenoide, lo que a su vez provoca que los músculos del manguito rotador se tensen para estabilizar la articulación.
La hipermobilidad del hombro, aunque beneficiosa para el rendimiento en natación, puede contribuir a esta inestabilidad. Además, el desequilibrio muscular entre los aductores y rotadores internos del hombro (que se desarrollan en exceso debido a su uso constante en la propulsión) y los músculos antagonistas puede exacerbar el problema.
En cuanto al cuello, los movimientos repetitivos de rotación para respirar durante el estilo libre pueden llevar a desequilibrios musculares y estrés en las estructuras cervicales. Se ha observado que los nadadores jóvenes tienen un mayor rango de rotación cervical en comparación con los no nadadores, lo que subraya la adaptación física al deporte pero también el potencial de lesión si no se maneja adecuadamente.
Lesiones de la región lumbopélvica
Las lesiones de la espalda baja en nadadores a menudo se deben al estrés repetitivo durante los virajes y a la tensión de una posición deficiente de la cabeza y el cuerpo en el agua. La tensión torsional puede ocurrir cuando el cuerpo no gira como una unidad durante el nado, causando una carga anormal en el punto de la columna donde se detiene la rotación.
El “síndrome de espalda de mariposa” es una condición particular asociada con la hiperextensión repetitiva de la columna lumbar durante los estilos mariposa y braza. Esta hiperextensión puede llevar a la irritación de las articulaciones facetarias y, si se vuelve crónica, puede progresar a una inflamación de bajo grado de las articulaciones y espasmo reflejo de los músculos de la espalda.
Es interesante notar que se ha encontrado una mayor incidencia de escoliosis en nadadores jóvenes en comparación con la población general. Aunque la relación causal no está clara, se especula que el desequilibrio muscular entre la musculatura anterior y posterior, el movimiento torsional repetitivo y la dominancia de un brazo en nadadores adolescentes y preadolescentes pueden causar adaptaciones secundarias en la estructura vertebral que conducen a la escoliosis.
Estrategias de prevención y tratamiento
Basándonos en estos resultados, se pueden proponer varias estrategias para prevenir y tratar las lesiones asociadas a la natación:
1. Técnica de nado: Es crucial enfocarse en una técnica de nado correcta. Esto incluye una rotación adecuada del cuerpo, una entrada de la mano en el agua eficiente y una respiración bilateral en el estilo libre para evitar desequilibrios.
2. Equilibrio muscular: Los programas de entrenamiento deben incluir ejercicios para fortalecer los músculos estabilizadores de la escápula y los rotadores externos del hombro, que a menudo se descuidan en favor de los músculos propulsores principales.
3. Flexibilidad: Se debe prestar atención a mantener una buena flexibilidad, especialmente en la cápsula posterior del hombro y los músculos pectorales, que tienden a acortarse en los nadadores.
4. Estabilidad del core: Los ejercicios de estabilidad del core son fundamentales para prevenir lesiones de espalda baja. Estos deben enfocarse en la resistencia más que en la fuerza pura.
5. Variedad en el entrenamiento: Alternar entre diferentes estilos de natación y ejercicios en tierra puede ayudar a prevenir el sobreuso de ciertas estructuras.
6. Manejo de la carga de entrenamiento: Es importante monitorear y ajustar adecuadamente el volumen y la intensidad del entrenamiento para evitar la fatiga excesiva y el riesgo de lesiones por sobreuso.
En cuanto al tratamiento, el enfoque debe ser multifacético:
1. Fase aguda: El protocolo RICE (Reposo, Hielo, Compresión, Elevación) junto con antiinflamatorios no esteroideos puede ser útil en la fase aguda de una lesión.
2. Terapia manual: Las técnicas de movilización y manipulación pueden ser beneficiosas para restaurar el rango de movimiento normal y reducir el dolor.
3. Rehabilitación: Debe incluir ejercicios de fortalecimiento progresivo, con un enfoque en la corrección de desequilibrios musculares y la mejora de la estabilidad articular.
4. Modificación de la técnica: Trabajar con el entrenador de natación para corregir cualquier error técnico que pueda estar contribuyendo a la lesión.
5. Retorno gradual a la actividad: Es crucial permitir una recuperación adecuada y reintroducir gradualmente la carga de entrenamiento para evitar recaídas.
Conclusiones
Las lesiones musculoesqueléticas en la natación, aunque comunes, son en gran medida prevenibles con un enfoque adecuado en la técnica, el equilibrio muscular y la gestión de la carga de entrenamiento. La comprensión de la biomecánica única de cada estilo de natación y las demandas que impone en el cuerpo es fundamental para desarrollar estrategias efectivas de prevención y tratamiento.
Es importante destacar que, aunque el reposo o la reducción del entrenamiento pueden ser necesarios para la recuperación, se debe hacer todo lo posible por mantener al nadador “en el agua”, ya que el cese completo del entrenamiento puede llevar a una rápida pérdida de condición física y ventaja competitiva.
Futuras investigaciones deberían centrarse en desarrollar programas de prevención específicos para cada grupo de edad y nivel de competición, así como en explorar más a fondo la relación entre la natación competitiva a largo plazo y condiciones como la escoliosis en nadadores jóvenes.
En última instancia, un enfoque colaborativo que involucre a nadadores, entrenadores, fisioterapeutas y médicos deportivos es esencial para optimizar el rendimiento y minimizar el riesgo de lesiones en este deporte exigente pero gratificante.
Bibliografia
Pollard H, Fernandez M. Spinal musculoskeletal injuries associated with swimming: a discussion of technique. Australas Chiropr Osteopathy. 2004 Nov;12(2):72-80. PMID: 17987215; PMCID: PMC2051327.