Nada Facil
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Como entrenadores de natación, constantemente buscamos comprender qué factores influyen más en el rendimiento de nuestros nadadores, especialmente en edades tempranas donde el desarrollo adecuado es crucial. El artículo que analizaremos hoy aborda precisamente este tema, examinando los predictores fisiológicos, biomecánicos y antropométricos del rendimiento en 100m crol en nadadores adolescentes.

¿Por qué es importante este estudio?

La natación competitiva comienza a edades tempranas y los entrenadores debemos entender qué variables son determinantes para el éxito en estas etapas formativas. Históricamente, se han realizado numerosos estudios con nadadores adultos, pero existe una escasez de investigaciones que analicen estos factores en adolescentes.

Durante la adolescencia, los nadadores experimentan cambios significativos en su desarrollo físico y técnico. Las capacidades metabólicas y la adquisición de habilidades se ven afectadas por el crecimiento y desarrollo (Malina, 1994), lo que sugiere que los factores predictivos del rendimiento pueden variar respecto a los adultos.

Este estudio resulta particularmente valioso porque examina de manera integral los tres dominios principales (antropométrico, fisiológico y biomecánico) que afectan el rendimiento, utilizando tecnología avanzada como la medición de consumo de oxígeno respiración a respiración durante la natación.

Metodología: Un enfoque científico práctico

El equipo de investigación trabajó con 25 nadadores varones adolescentes (edad media: 15,2 ± 1,9 años) con un historial de entrenamiento de 5,6 ± 1,5 años. Las pruebas se realizaron en dos sesiones diferentes:

Primera sesión:

  • Evaluación de parámetros antropométricos (altura, peso, IMC, envergadura)
  • Test de 100m crol a máxima intensidad en piscina de 25m

Segunda sesión:

  • Medición de la composición corporal mediante absorciometría dual de rayos X (DXA)

Para el test de 100m, los nadadores utilizaron un snorkel respiratorio con baja resistencia hidrodinámica conectado a un analizador de gases portátil. Esto permitió la medición directa del consumo de oxígeno durante la prueba. Para evitar distorsiones por el snorkel, los nadadores comenzaron desde la pared (sin salto) y realizaron giros con una técnica modificada.

Las muestras de sangre para medir el lactato se tomaron antes del ejercicio y a los 3 y 5 minutos posteriores. La técnica de nado se analizó mediante videograbación para calcular:

  • Velocidad de nado (sin salida y giros)
  • Frecuencia de brazada (SR)
  • Longitud de brazada (SL)
  • Índice de brazada (SI = velocidad × longitud de brazada)

El coste energético de la natación (Cs) se calculó considerando tanto el metabolismo aeróbico (consumo de oxígeno) como el anaeróbico (equivalente energético del lactato).

Parámetros antropométricos, fisiológicos y biomecánicos y su correlación con el rendimiento en natación a estilo libre de 100m en nadadores adolescentes (n=25). Los datos son medias (+- desviaciones estándar, DE), valores mínimos y máximos, y coeficientes de correlación parcial (rp)con la edad como variable de control.

Resultados principales: Lo que todo entrenador debe saber

El tiempo promedio en los 100m fue de 77,6 ± 9,1 segundos, con una velocidad media de 1,34 ± 0,14 m/s. El análisis estadístico reveló hallazgos fundamentales para nuestra labor como entrenadores:

1. Los factores biomecánicos son decisivos

El hallazgo más relevante es que los factores biomecánicos explicaron el 90,3% de la varianza en el rendimiento de 100m, seguidos por los factores antropométricos (45,8%) y fisiológicos (45,2%).

Específicamente, el índice de brazada (SI) resultó ser el mejor predictor individual del rendimiento. Este índice, que combina la velocidad y la longitud de brazada, es considerado un indicador de la eficiencia técnica del nadador.

2. Modelo predictor combinado

Cuando se analizaron todas las variables juntas, dos parámetros biomecánicos (índice de brazada y frecuencia de brazada) explicaron el 92,6% de la varianza en el rendimiento de los 100m. Esto subraya la importancia fundamental de la técnica en nadadores adolescentes.

3. Factores antropométricos relevantes

Entre las medidas antropométricas, la envergadura de brazos resultó ser el mejor predictor del rendimiento. También mostraron correlaciones significativas la altura corporal, la masa ósea y la densidad mineral ósea de la columna vertebral.

4. Componente fisiológico

La acumulación neta de lactato sanguíneo (ΔLa) fue el mejor predictor fisiológico del rendimiento. Esto señala la importancia del metabolismo anaeróbico en pruebas de velocidad, incluso en adolescentes.

5. Coste energético

El coste energético (Cs) se relacionó significativamente con la velocidad y las concentraciones de lactato, pero no con el consumo de oxígeno. Esto sugiere que en esfuerzos de velocidad como los 100m, el componente anaeróbico tiene un papel predominante en el gasto energético total.

Implicaciones prácticas para el entrenamiento

Como entrenadores, estos resultados nos proporcionan directrices valiosas para optimizar el entrenamiento de jóvenes nadadores:

1. Priorizar el desarrollo técnico

La fuerte correlación entre los parámetros biomecánicos y el rendimiento subraya la importancia de enfocarse en la técnica adecuada desde edades tempranas. El índice de brazada (SI) fue el mejor predictor individual, lo que sugiere que debemos trabajar para optimizar tanto la velocidad como la longitud de brazada.

El estudio confirma que debemos dedicar sesiones específicas a la corrección y mejora técnica, haciendo de esto un objetivo principal en la planificación del entrenamiento de nadadores jóvenes, como también recomienda Marinho et al. (2010).

2. Atención a las características antropométricas

La envergadura de brazos resultó ser un predictor significativo, lo que explica por qué los nadadores con mayor envergadura suelen tener ventaja. Aunque estas características son principalmente heredadas, podemos:

  • Identificar tempranamente a nadadores con potencial basado en sus características antropométricas
  • Adaptar la técnica considerando la envergadura individual
  • Trabajar en fortalecer las extremidades superiores para aprovechar al máximo la envergadura disponible

3. Desarrollo del metabolismo anaeróbico

El estudio muestra que la acumulación de lactato fue un predictor significativo del rendimiento. Sin embargo, también señala que la capacidad para generar energía mediante procesos anaeróbicos está limitada en los niños (Taylor et al., 2003).

Es recomendable introducir progresivamente el entrenamiento anaeróbico conforme los nadadores maduran, monitoreando cuidadosamente su desarrollo para proporcionar estímulos adecuados sin sobrecargarlos prematuramente.

4. Equilibrio entre frecuencia y longitud de brazada

A diferencia de los nadadores adultos de élite, donde la longitud de brazada suele ser el factor más determinante, este estudio encontró que en adolescentes la frecuencia de brazada (SR) tuvo una correlación más fuerte con el rendimiento. Esto sugiere que:

  • Los adolescentes deben trabajar en mantener una frecuencia de brazada estable (Alberty et al., 2005; Potdevin et al., 2006)
  • Al mismo tiempo, deben desarrollar progresivamente una mayor y más estable longitud de brazada (Seifert et al., 2007)

Conclusión

Este estudio confirma que los factores biomecánicos, particularmente el índice de brazada (SI) y la frecuencia de brazada (SR), son los predictores más fuertes del rendimiento en 100m crol en nadadores adolescentes. Esto demuestra la importancia crucial del desarrollo técnico adecuado desde edades tempranas.

Como entrenadores, nuestro foco principal debe estar en la corrección y perfeccionamiento de la técnica. Si bien no podemos modificar sustancialmente las características antropométricas, podemos aprovecharlas al máximo mediante una técnica optimizada. Asimismo, debemos introducir progresivamente el entrenamiento anaeróbico considerando las limitaciones propias de la edad.

La natación es un deporte técnicamente complejo, y este estudio respalda científicamente la importancia de invertir tiempo en el desarrollo de patrones de movimiento eficientes. Si bien el talento natural y las características físicas juegan un papel importante, la técnica adecuada puede marcar la diferencia incluso en aquellos nadadores que no presentan las características antropométricas ideales.

Finalmente, recordemos que cada nadador es único y que estos resultados nos proporcionan directrices generales. La individualización del entrenamiento sigue siendo fundamental, adaptando los principios científicos a las características y necesidades específicas de cada nadador.

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